ARTURO BORRA
El asedio de la arena
Cercado por maldiciones lanzadas en el cadalso
corre a tu regazo un hijo que tiembla ante la niebla.
Se incendia su mañana que vacila en llanto anónimo
y en la calle disparan esgrimiendo un dios
de metal oxidado.
Un hijo trémulo corre a tu regazo y no hay búnker
que salve de su orfandad.
El asedio es arena en la sangre que interroga
-pies ardidos en el desvarío.
Nadie atestigua la expansión del desierto.
(Es soledad: potencia y palestra/
omisión universal de limpiar la cara huérfana
-el Bien supremo devastando a los hijos del desamparo).
La hendidura desarma:
desnuda infinita la miseria.
No hay promesa que soporte los hijos que no fueron.
Arturo Borra (Cielo partido, 2005).
El asedio de la arena
Cercado por maldiciones lanzadas en el cadalso
corre a tu regazo un hijo que tiembla ante la niebla.
Se incendia su mañana que vacila en llanto anónimo
y en la calle disparan esgrimiendo un dios
de metal oxidado.
Un hijo trémulo corre a tu regazo y no hay búnker
que salve de su orfandad.
El asedio es arena en la sangre que interroga
-pies ardidos en el desvarío.
Nadie atestigua la expansión del desierto.
(Es soledad: potencia y palestra/
omisión universal de limpiar la cara huérfana
-el Bien supremo devastando a los hijos del desamparo).
La hendidura desarma:
desnuda infinita la miseria.
No hay promesa que soporte los hijos que no fueron.
Arturo Borra (Cielo partido, 2005).
1 comentario:
Querido Antonio, aunque tarde, quería agradecerte que incluyas este poema por aquí.
Y no seguirá siendo vano interrogar por aquello que produce la guerra (todas las guerras).
Por lo demás, a pesar de que el estado israelí ha determinado unilateralmente el "alto el fuego", ya ves que es una farsa para mitigar la propaganda negativa. A pesar de lo dicho, siguen destruyendo.
Gracias y un abrazo,
Arturo
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