Solitudine: Carlo Carra
José
Garés Crespo
MATERIAL
DE DERRIBO
EL
DISCÍPULO AMADO
«honremos a las edades en sus
caídas sucesivas
y al tiempo en su voracidad.»
Victor Segalen
Así en tu risa
como en tus besos
amanecimos en el
cruce de los vientos
con el dolor de
tus días
y la bondad de
tus manos.
Tejimos un largo
sendero hasta la sombra,
pero también a
la luz, y crecimos,
coqueteando con
el abismo,
de la mano de la
disolución de la nube.
Así fue que hoy
rielan por el horizonte
anónimas
asesinas navajas opacas;
algunas, de los
que volvieron a las cavernas,
otras, de los
que ciegos huyeron para encontrar
el breve espacio
común, los deseos anónimos,
la sorda música
macerada por Smetana,
la
extraordinaria fertilidad del margen
y, de nuevo,
rodando los canguilones de la noria,
como el rumor de
los versos del vecindario.
Tantas vidas
fluían al margen,
huyendo del
ayer, que tus caricias
ya nunca más
fueron despojos,
ni turbaciones
del desencuentro.
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