martes, octubre 01, 2013

Javier Gm



Eric van Straaten©

 Javier Gm

Taxidermista

Me llevo un día de casualidad
y al abrirlo en casa
me convengo a esperar que salga,
agarro una silla
y me siento junto a su boca
y aguardo a que respire
y hable una noticia de amor
fluya el olor del aliento que amanece
y sea vaho oloroso del jazminero,
que encuentre en su misterio
el gran humo del hambre por los sueños,
los bellos sueños
que tranquilicen
a los hombres inocentes,
que tiren por la proa
a los taxidermistas del optimismo,
a los héroes de la desolación,
que hable el día
que aquí permanezco,
con el culo pegado sobre la anea
intentando
abrirle los labios
con un beso distraído
que vuela como una alondra
desgarbada y paciente,
para que hable, ya dije,
que hable
y me conceda permiso
para los periplos.
Oírle,
traficar con el sol
desde la fogata del corazón
que traen
los desesperados
que intentan vivir
ya no felices,
tan solo
pónganle:
alegres.


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