domingo, octubre 06, 2013

Antonio Crespo Massieu

Variaciones azules: José Guerrero

Antonio Crespo Massieu
Orilla del tiempo


LA LLUVIA TU CUERPO

Y uno desconoce el misterio de los viajes
el encendido cuerpo de la memoria
fijando imágenes como álbum o guía
que salva los siglos y rescata los cuerpos
en las brasas de lo vivido pues fue deslumbramiento
cansancio o melodía ciudades arrasadas
por el amor y lo que nunca se sabe y permanece.


Y porqué Nueva York es ya siempre
las variaciones Goldberg en esa transcripción para cuerda
escuchadas tan de improviso como reencuentro
luz entusiasmo o sorpresa en una tienda de discos
de la avenida Brodway una mañana de domingo

o Budapest es el Danubio desde lo alto de la ópera
ascendiendo como notas libres de Verdi
y sus máscaras y su música son sueño
y ráfagas de historia mientras el concierto
para violín de Bach reconstruye edificios
y rescata de barbarie la vieja Europa
que gime y fluye bajo el puente como estrella
o ruina o grito y se reencuentra y salva.


Y porqué aún Oporto es un poema
de Fernandes Jorge leído en Lello descendiendo
por sus escaleras y la plaza de infancia o memoria
de muerte de Agustina mientras mi voz mira
tus ojos en un café de otro siglo y llueve sin cesar
y la luz apenas nos toca en esta ciudad herida
en que el Duero se desborda y el tiempo lascivo corre
como el agua y donde Shakespeare podría haber vivido
(es Nuno Judice o es su eco bajo la lluvia incesante)
esta ciudad en que es tan fácil amarse como estremecido
furor de olas o suave caricia de lluvia tras los cristales
empañando el cuerpo salobre descenso hacia el río
ribera turbia y dulce como Duero o mar o carne
avanzando en abrazo y olvido música o palabra
como si fuéramos ya limo y furor y amor hacia
la muerte o resurrección u olvido como si fuéramos
río y al mar fuéramos como Duero o amantes
en el silencio tras la lluvia mientras la ciudad
desciende como precipicio o escalera o poema
o roce de cuerpos con la palabra bajando
por Lello bajando por la calle de las flores
o descubrir la luz y el sol y los restos del naufragio
junto al mar ebrios de ternura y deseo
y llegarse a la Foz donde mar y río
se encuentran y se pierden como dos cuerpos
trabándose sin cesar en el atardecer
en que algo muere o vive para siempre
como amantes música o palabra
escaleras de agua como río o mar
como Oporto bajo la lluvia o Duero
o tú
amada de siempre río infinito
cuerpo extendido hacia el mar
como viaje a poniente tras la luz
como encendido mapa de la memoria
salvando los siglos en el deslumbramiento
de la carne.


Como tú
que eres el misterio
de todos los viajes
y te desconoces y eres siempre descubrimiento
como lluvia o palabra o Duero
herido por un violín en la Quinta Avenida
bajo el puente de la libertad que fue Verdi
y Bach y un poema y tu carne como río.
Allí donde todo se encierra
y como río nos perdemos
navegando hacia el mar.

       

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