Variaciones
azules: José Guerrero
Antonio Crespo Massieu
Orilla del tiempo
LA LLUVIA TU
CUERPO
Y uno
desconoce el misterio de los viajes
el encendido
cuerpo de la memoria
fijando
imágenes como álbum o guía
que salva los
siglos y rescata los cuerpos
en las brasas
de lo vivido pues fue deslumbramiento
cansancio o
melodía ciudades arrasadas
por el amor y
lo que nunca se sabe y permanece.
Y porqué
Nueva York es ya siempre
las
variaciones Goldberg en esa transcripción para cuerda
escuchadas
tan de improviso como reencuentro
luz
entusiasmo o sorpresa en una tienda de discos
de la avenida
Brodway una mañana de domingo
o Budapest es
el Danubio desde lo alto de la ópera
ascendiendo
como notas libres de Verdi
y sus
máscaras y su música son sueño
y ráfagas de
historia mientras el concierto
para violín
de Bach reconstruye edificios
y rescata de
barbarie la vieja Europa
que gime y
fluye bajo el puente como estrella
o ruina o
grito y se reencuentra y salva.
Y porqué aún
Oporto es un poema
de Fernandes
Jorge leído en Lello descendiendo
por sus
escaleras y la plaza de infancia o memoria
de muerte de
Agustina mientras mi voz mira
tus ojos en
un café de otro siglo y llueve sin cesar
y la luz
apenas nos toca en esta ciudad herida
en que el Duero
se desborda y el tiempo lascivo corre
como el agua
y donde Shakespeare podría haber vivido
(es Nuno
Judice o es su eco bajo la lluvia incesante)
esta ciudad
en que es tan fácil amarse como estremecido
furor de olas
o suave caricia de lluvia tras los cristales
empañando el
cuerpo salobre descenso hacia el río
ribera turbia
y dulce como Duero o mar o carne
avanzando en
abrazo y olvido música o palabra
como si
fuéramos ya limo y furor y amor hacia
la muerte o
resurrección u olvido como si fuéramos
río y al mar
fuéramos como Duero o amantes
en el
silencio tras la lluvia mientras la ciudad
desciende
como precipicio o escalera o poema
o roce de
cuerpos con la palabra bajando
por Lello
bajando por la calle de las flores
o descubrir
la luz y el sol y los restos del naufragio
junto al mar
ebrios de ternura y deseo
y llegarse a
la Foz donde mar y río
se encuentran
y se pierden como dos cuerpos
trabándose
sin cesar en el atardecer
en que algo
muere o vive para siempre
como amantes
música o palabra
escaleras de
agua como río o mar
como Oporto
bajo la lluvia o Duero
o tú
amada de
siempre río infinito
cuerpo
extendido hacia el mar
como viaje a
poniente tras la luz
como
encendido mapa de la memoria
salvando los
siglos en el deslumbramiento
de la carne.
Como tú
que eres el
misterio
de todos los
viajes
y te
desconoces y eres siempre descubrimiento
como lluvia o
palabra o Duero
herido por un
violín en la Quinta Avenida
bajo el
puente de la libertad que fue Verdi
y Bach y un
poema y tu carne como río.
Allí donde
todo se encierra
y como río
nos perdemos
navegando
hacia el mar.
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