Entre la gente, por las aceras a pie de metro o en el parque cerca de casa. En los lugares de paso los versos de Alberto García-Teresa deambulan acercándonos a la piel la olvidada belleza de las palabras y el empeño en su recuperación.
PARA HABLAR DE la melancolía, la Brigada Poética se trasladó al Retiro y, a la sombra de un enorme manzano, escribieron pequeños poemas en sus hojas muertas. En primavera tienen pensado volcar sus versos en ramilletes algodonados de polen para cubrir la ciudad de poesía.
DESPUÉS DEL RECITAL se liberaron, desgarrando sus páginas al viento, tres docenas de poemarios apresados en libros.
LA BRIGADA POÉTICA regaló palabras a la entrada del metro. A cada transeúnte se le donó una palabra en desuso: «amor», «fraternidad», «ajeno», «prójimo», «amigo».
Alberto García-Teresa
Del cuadernillo La Brigada Poética.
PARA HABLAR DE la melancolía, la Brigada Poética se trasladó al Retiro y, a la sombra de un enorme manzano, escribieron pequeños poemas en sus hojas muertas. En primavera tienen pensado volcar sus versos en ramilletes algodonados de polen para cubrir la ciudad de poesía.
DESPUÉS DEL RECITAL se liberaron, desgarrando sus páginas al viento, tres docenas de poemarios apresados en libros.
LA BRIGADA POÉTICA regaló palabras a la entrada del metro. A cada transeúnte se le donó una palabra en desuso: «amor», «fraternidad», «ajeno», «prójimo», «amigo».
Alberto García-Teresa
Del cuadernillo La Brigada Poética.
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