Begoña Abad
LA MEDIDA DE MI MADRE
No sé si te lo he dicho:
mi madre es pequeña
y tiene que ponerse de puntillas
para besarme.
Hace años yo me empinaba,
supongo, para robarle un beso.
Nos hemos pasado la vida
estirándonos y agachándonos
para buscar la medida exacta
donde poder querernos.
Mi padre, a estas alturas,
escribe sus memorias
y yo pienso que cuando falte
no querré leerlas
por si acaso descubro
que no nos hemos conocido nunca.
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