Lirios: Vincent Van Gogh
Antonio
Crespo Massieu
Orilla
del tiempo
LA LLUVIA
TU CUERPO
Y uno
desconoce el misterio de los viajes
el
encendido cuerpo de la memoria
fijando
imágenes como álbum o guía
que salva
los siglos y rescata los cuerpos
en las
brasas de lo vivido pues fue deslumbramiento
cansancio
o melodía ciudades arrasadas
por el
amor y lo que nunca se sabe y permanece.
Y porqué
Nueva York es ya siempre
las
variaciones Goldberg en esa transcripción para cuerda
escuchadas
tan de improviso como reencuentro
luz
entusiasmo o sorpresa en una tienda de discos
de la
avenida Brodway una mañana de domingo
o Budapest
es el Danubio desde lo alto de la ópera
ascendiendo
como notas libres de Verdi
y sus
máscaras y su música son sueño
y ráfagas
de historia mientras el concierto
para
violín de Bach reconstruye edificios
y rescata
de barbarie la vieja Europa
que gime y
fluye bajo el puente como estrella
o ruina o
grito y se reencuentra y salva.
Y porqué
aún Oporto es un poema
de
Fernandes Jorge leído en Lello descendiendo
por sus
escaleras y la plaza de infancia o memoria
de muerte
de Agustina mientras mi voz mira
tus ojos
en un café de otro siglo y llueve sin cesar
y la luz
apenas nos toca en esta ciudad herida
en que el
Duero se desborda y el tiempo lascivo corre
como el
agua y donde Shakespeare podría haber vivido
(es Nuno
Judice o es su eco bajo la lluvia incesante)
esta
ciudad en que es tan fácil amarse como estremecido
furor de
olas o suave caricia de lluvia tras los cristales
empañando
el cuerpo salobre descenso hacia el río
ribera
turbia y dulce como Duero o mar o carne
avanzando
en abrazo y olvido música o palabra
como si
fuéramos ya limo y furor y amor hacia
la muerte
o resurrección u olvido como si fuéramos
río y al
mar fuéramos como Duero o amantes
en el
silencio tras la lluvia mientras la ciudad
desciende
como precipicio o escalera o poema
o roce de
cuerpos con la palabra bajando
por Lello
bajando por la calle de las flores
o descubrir
la luz y el sol y los restos del naufragio
junto al
mar ebrios de ternura y deseo
y llegarse
a la Foz donde mar y río
se
encuentran y se pierden como dos cuerpos
trabándose
sin cesar en el atardecer
en que
algo muere o vive para siempre
como
amantes música o palabra
escaleras
de agua como río o mar
como
Oporto bajo la lluvia o Duero
o tú
amada de
siempre río infinito
cuerpo
extendido hacia el mar
como viaje
a poniente tras la luz
como
encendido mapa de la memoria
salvando
los siglos en el deslumbramiento
de la
carne.
Como tú
que eres
el misterio
de todos
los viajes
y te
desconoces y eres siempre descubrimiento
como
lluvia o palabra o Duero
herido por
un violín en la Quinta Avenida
bajo el
puente de la libertad que fue Verdi
y Bach y
un poema y tu carne como río.
Allí donde
todo se encierra
y como río
nos perdemos
navegando
hacia el mar.
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