Huída: Nanda Botella
ENRIQUE FALCÓN
AMONAL
Y OTROS POEMAS
ANTIDISTURBIOS
Nadie que no
piense en lo brutalmente escrito.
Deberían las
bombas posarse en los papeles
después de utilizados.
Para quién
entonces sus
colmillos, las llagas en la boca,
podrían remitir en
las cañadas
el pánico de un
poema terminado y suelto
insalvable como un
puente.
Yo recuerdo su
tacto de morfina
con qué ojos
soy la niña que
pierde los aviones
–su furor de
lengua–
en un país
santamente feo.
Nadie que la
espere en la terminal del frío.
Deberían poner
bombas
en las papelerías.
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