Espejismo: Cati Oliver
Utopistas
y Desutópatas
Noviembre
2008, Encinarejo, Córdoba
ÁNGEL CALLE
LA
HUMANIDAD DE LOS DESIERTOS
En los
desiertos
totalidad e
intimidad se confunden
en
cualquiera de sus granos de arena.
El desierto
es así
no admite
sombras ni simas
pues es
esencial como el agua
como la vida
o como la muerte.
No hay manos
suficientes para detener
sus
milenarios movimientos
ni aguja ni
hilo que puedan
zurcir una
montaña en él.
El hombre
efímero lo olvidó.
Los
montoncitos de arena que retiene en su mano
le hacen
pensar que él puede ser
gestor del
desierto y de su tiempo.
El desierto
no pestañea.
Pero el
pulso del hombre temblará algún día
y también el
del siguiente hombre.
El desierto
así de
callado e insignificante
es un
torrencial grito de vida
una forma de
esperanza constante
que puede
desdibujarse en un instante
pero nunca
perecer en él.
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