Abatimiento: Isidre Nonell Monturiol
Alberto García-Teresa
Hay que comerse el mundo a dentelladas.
El
silencio de los buitres no significa
que
los cadáveres hayan dejado de golpear el suelo.
Nos
deleitamos tanto con la música de los serruchos
y
bebiendo ebrios de sus yugulares
que
despreciamos ingenuos lo bajo de su vuelo.
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