Aldo Carhuancho
Antidio Cabal
Poesía
de uso
Poética uno, 1957-1963
A un lado de la
carretera están plantadas las casuchas,
llenan las
laderas y los montículos, y llegan arriba.
Se asoman mujeres
con cubos y hay ropa tendida,
algunas encienden
la llama de la cocina,
niños corretean
sin camisa, sucios, y los más pequeños
resbalan desnudos
por pendientes de barro,
unos pocos
hombres trabajan por separado, cada úno en lo suyo,
/ y ninguno canta,
preparan cosas,
seguramente para vender por las calles,
los tugurios
están confeccionados de cajas de madera y latas
y sobre piedras
amontonadas han dispuesto el fogón,
desde la
carretera se sube por escalones anormales,
cuando llegan las
lluvias los rellenan con cascotes y tablones
el agua la traen
de lejos, una faena diaria que cuesta mucho,
hacer fila en el
sitio del chorro,
y después subirla
en grandes latas,
tiene una gran
dolor este barrio,
las más bonitas
suelen ayudarse en las noches y trabajar en los bares,
/
que es lo mismo;
si la vida apura,
los hombres roban, pero a nadie asaltan;
estos hombres y
mujeres cumplen una función que si no la llevaran a cabo
causarían un
desequilibrio en las virtudes teologales,
hacen el trabajo
sucio de los no elegido de Dios,
el mundo se
detiene aquí, en la línea de la carretera, y no sube,
le parece legal no subir,
sólo tomar lo que de ahí necesita, alguna mujer a punto,
un Sí señor u otra cosa cualquiera, más joven
si es posible, y lo pagan mejor,
para ver las
estrellas es más solitario y de más aire contemplarlas desde los
/ montículos
y también los
automóviles que lucean y alguna radio lejana que hipa en el viento,
como yo, pasan
por estos lados miles de individuos, ¿y sólo yo escribo acerca de
/ esto?,
las gentes que
pasan y las gentes que aquí viven se observan todos los días a la
/ distancia,
y únicamente las
de las casuchas conocen la diferencia de la distancia,
en algunos
recodos se paran en la noche autos
y en cada auto
están una muchacha y el dueño del auto, este es uno de los
/ momentos
en que más se
acentúa la diferencia que existe,
delante y a lo
lados de cada tugurio crecen flores,
cuelgan helechos
bajo las ventanas y se ven begonias geranios,
donde se puede
hay un huerto;
es evidente que
los han separado del mundo
deque ninguno puede
ser albañil en el día y poeta por la noche, o músico,
algún día esta
gente va a sublevar.
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