jueves, abril 10, 2014

José Garés Crespo



Jarosław Jaśnikowski©
Tam, gdzie słońce wschodzi szmaragdowo


José Garés Crespo

MATERIAL
DE DERRIBO

LA ORFANDAD DE LA VERÓNICA

«La automatización devora los objetos,
los hábitos, los muebles, la mujer y el miedo a la guerra».
Víktor B. Shklovski

Fue un tiempo febril, hoy proscrito y fugaz.
Ignorados y emergentes ganamos la pena
y desabrochamos la noche. Abrimos el mar.
Pudimos desnudarnos en dirección opuesta.
Algunos se abrazaron a tientas. Tú y yo no.
Como una difusa primavera anticipada
llegaste, tomaste posesión de mis centros
cordiales, marcaste el ritmo con una mirada
y la premura y el oleaje de mis ansias y su savia.
Te deslizaste sutil por mis alrededores
suave y fácil como un minueto barroco.
No hubo batalla, ni tan solo tiempo de pacto.
Sencillamente me tomaste. Desde entonces
tu mirada me desnuda, tu piel me germina.
Cerrada la vuelta, vigilo tus deseos, vuelo,
halcón rehén de tus pasos y sus orígenes.
Observo el parto de tus avatares, la duda
que dormida entre la hierba, pugna con la nieve,
la necesidad de tus designios de verónica.
Son los compromisos de tus días y mis noches,
tus reclamos, mis lentas destrezas, licencia
para lamerte los acompasados secretos
como las olas la arena y el viento al árbol.
Apenas nos importa cuándo ni cómo llegar,
y nos mantiene en pie la finta diaria. La luz.
Y así fue. Tomamos posesión del territorio,
un día verde, otro rojo, camino o senda
o cometa, pero siempre directo a tus muslos,
huyendo del vinagre y de la ceniza calva,
sacando nuestras heridas a tomar el sol.
Por si un nuevo flujo nos reclamara,
porque jamás ninguna tumba es estéril
y nunca nadie desaparecerá al morir.


No hay comentarios: