Ronald
Companoca
Gsús Bonilla
Ovejas esquiladas,
que temblaban de frío
Desmemoriada luna
recuerda gato mis tejados
lamiendo luz de luna.
hoy toca
doblar marionetas, cielo;
dejarlas que pierdan equilibrio. mamá
sangra prisión de hierro forjado. mamá
rasga tu puerta más fuerte que nunca.
-le he dicho que sí, que me gusta
su olor albahaca-. no me recuerda.
me duele el hombro,
las costillas, su olvido. su blanco.
me duele jugar con el azúcar consciente
de su última sonrisa,
esta nueva
que voy conociendo
es un dolor de otra manera, pero escuece igual.
gran tesoro es guardar ese recuerdo tan dulce.
difícil es despertar
del teatrillo de los sueños
para decir nada nunca
hoy, que tienes tantas ganas de gritar.
hoy, que eres como una niña. una niña
de sueño
si en el anverso sigues hoy
y en el reverso estabas ayer
y en este poema y en este verso
de cuatro letras sinceras
que escribí
para el susurro
de algún hada azul celeste
que tú,
que tú sí que puedes ver.
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