domingo, diciembre 30, 2012

Antonio Crespo Massieu




Escena Tahitiana Pastoral: Eugène Henri Paul Gauguin



Orilla del tiempo
Antonio Crespo Massieu


POEMA OROPÉNDOLA (CON PERRO FIEL)   PARA RENÉ CHAR

Habitaba la noche y avanzaba
río arriba buscando siempre
la tierra el destino arcilloso
de la carne sin abdicar la luz
ni el grito ni el espanto.
Nuestro.
Hermanado entre la mies
en la hiriente vigilia como
un grito de amor entre viñedos.

Sabía. Había conocido
el naufragio de fuego y ceniza
las ruinas la herida abierta
del inocente cascadas muertas
río abajo la oración petrificada
en las aldeas de Luberon.

Vio la luz infinita  de la persistencia
el  círculo de la vela  ya rescoldo
de sentido relámpago de exactitud 
terca y tersa fidelidad a la noche.

Conoció la asombrosa vigilia del perro
como la única certeza del delirio
piedad de orejas tiesas sin sonrisa
jadeante inmóvil como ojo abierto
a la esperanza del despertar.

Amó la tierra como un dios distraído
ofrecido al sol pedestal roto entre
los pedregales paraje inexcusable
morada ardiente viento de escarcha.

Sonreía como un dios
bajo el sol de Provenza

Y rescató un día oropéndolas
y palabras de dorado plumaje
acompañaron en su vuelo
la vigilia del insomne
Y engañó el poeta al pájaro de la vida
y salieron por el aire con el negro pico
rezumando leche satisfechas y libres.

Así
con las alas doradas de la noche
todo se restaura
bajo el sol de julio en la Provenza.
Como si volar
fuera una palabra o un gesto.

Y nos requiere lo inexplicable
como una deuda sin certeza
ni consuelo.
Nos espera en la rama
Como palabra o vuelo
o silencio.

Como una oropéndola satisfecha
volando bajo el cielo de Provenza. 

  

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