El fusilamiento: José Caballero
OVEJAS
ESQUILADAS,
QUE
TEMBLABAN DE FRÍO
GSÚS
BONILLA
RUNRÚN
si había
una noche fría
-como las
de antes-
la señora
siempreluto
los
acurrucaba junto a sus tetas
luego, les
sentaba a cada uno sobre
sus
rodillas
y con esa
vocecilla que tienen las antiguas,
las de
antes,
-porque
así eran las abuelas de antes-
con voz de
antes
empezaba a
hablarles de aquellos niños
que no
tenían padres con los bolsillos repletos de monedas
de
aquellos niños
que
jugaban con el aro de metal de un barril de tocino
y hablaba
de que a
aquellos niños
les
sonaban las tripas y que el juego
obedecía a
la imaginación
y que los
niños crecieron y que ya no había
suposiciones
ni juegos
para olvidarse de comer
y que aun
así había que seguir en pie…
…y que ya
era hora de dormir
porque no
había más que contar.
la abuela
tenía miedo a trastornarles el
sueño
y cuando
tenía la certeza de que estaban dormiditos,
ensimismada,
y con un
runrún
y con esa
vocecilla que tienen las antiguas,
las de
antes,
-porque
así eran las abuelas de antes-
con voz de
antes. seguía:
uno
al pie de
la cuneta
otros
a la
orilla de la playa
muchos más
en la
soledad de un descampado
y tantos
otros
por las
tapias traseras de los cementerios
la
historia es como sigue...
sólo
doblaron las rodillas
en los
últimos espasmos de la nuca
al
posterior disparo.
uno
al pie de
la cuneta
otros
a la
orilla de la playa
muchos más
en la
soledad de un descampado
y tantos
otros
por las tapias
traseras de los cementerios.
1 comentario:
Impactante.
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