Transición: Franz Josef Kline
EL RUMOR DEL PATIO, (variaciones)
Antonio Martínez i Ferrer
De nuevo me encontré
con el vecino del primero,
el saludo se perdió en el aire
y comprendí su rabia.
Se le escapaba la vida del alma
entre los tabiques,
las páginas de las soledades
se escribieron para él.
Desconoce si fue el guardia del banco,
o fue
cualquier vecino
vestido con el mismo fuego.
Del hijo herido en la corrida
por una avispa de goma
-o el golpe del odio-
queda un cartón en la cómoda
con la imagen desgastada por los besos,
esa es
la única luz de sus extraños días.
Después
ante el represor de las libertades
todas las manos para pararlo
y los pies
de un millón de corazones
navegando en mil batallas
para vencerlo.
Tú no lo presientes
pero los obreros en lucha
verán otro mundo
sin explotación ni servidumbres.
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