Luz del sol en el segundo piso: Edward Hopper
la alambrada de mi boca
ana pérez cañamares
EN NUESTRA CAMA
Me veo dormida
en la cabaña pequeña, caliente y perfectamente ordenada
del sueño
tú y yo juntos en medio de la cama
acoplados como dos libros que se cuentan sus historias a sí mismos
leyéndolas en el envés de los párpados
en medio de la cama los dos
y dos grandes orillas a cada lado
en las que dejamos todo lo que nos sobra para este viaje.
Tu cuerpo se alza frente a mí
como una cordillera de montañas
que se alzan abruptas desde la llanura
como un mapa visto a contraluz
una duna a la que el viento de la noche va dando forma.
Y siento estar dormida
no oír el mar en tu respiración
no ver la ropa que nos espera en las sillas
como parientes lejanos que no piden nada.
Siento estar dormida
y perderme el más alto grado de nuestra intimidad
la noche que nos deja perfectamente solos
perfectamente nuestros.
Mañana, al paisaje que éramos de noche
lo cruzarán turistas e intrusos
y yo esperaré regresar a ese momento
que soy incapaz de recordar
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