Los
pobres: Théophile-Alexandre Steinlen
Miguel
Ángel Curiel
LUMINARIAS
El
río se secó antes de la desembocadura. Nos terminamos el pan. Las palabras se
repetían mucho, hasta la extenuación de ellas mismas se repetían. La boca se
secaba al repetirlas. El oído se cegaba con ellas, como un pozo lleno de
piedras. El viento deja esta redecilla de luz en los dedos. Creo más en el eco
de lo que digo que en lo que digo.
1 comentario:
Miguel Ángel y Antonio,
El eco: el hándicap de este tierno microrrelato. Todo se repite –hasta la saciedad- por la resonancia de la necesidad… Necesidad de pan, de agua, de amor y de vida.
Expertas y profundos vocablos.
Agrio –por su crudeza- y hermoso –por su composición-
Un beso,
Ann@ Genovés
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