domingo, abril 22, 2012

La guerra.


  El circo: Maurice de Vlaminch


Begoña Abad


La guerra y el horror comienzan
con un júbilo que se silencia
ante una masa de escombros terroristas
donde acaban de sepultarse las ilusiones
y dos muertos extranjeros.

Alguien siente que ha ganado la baza
y alguien da fin a un pulso derrotado de antemano.

Alguien conspira en despachos de lujo,
alguien se frota las manos,
las mismas manos que estrecharán
las manos de las madres de los muertos
mientras lamentan lo ocurrido
con un tono hueco,
igual que el eco de las palabras
dentro de un tronco podrido. 


1 comentario:

Anna Genovés dijo...

Begoña y Antonio,

Un poema duro y sentido. Te llega al corazón –como un dardo que se clava en la diana- Palabras sabias, repletas de verdades…

Los adinerados que se embriagan de la miseria de los asalariados y después echan sus despojos al vertedero más próximo.

Muy buena

Un abrazo,