jueves, abril 30, 2009




Del poemario, Angustia

La ablación.
Lengua de acero
con apetito de sangre.


IV

Nadie escuchó el lamento
ni besó las lágrimas,

definitivamente

los justos
se han perdido
por los pasillos del olvido.

Escribano de la ablación,
te descubriremos
en las días de la verdad
y serás enterrado
en el pantanal
del acero
y la sangre.


Antonio Martínez i Ferrer

3 comentarios:

E. Martí dijo...

Contundente, real, terrorífico como la tradición sinsentido que describes.
Tienes fuerza para la denuncia.
Un beso

Antonio Martínez i Ferrer dijo...

Querida Esmeralda, así es de cruel esta parte de la realidad cotidiana. Denunciarlo es un medio para remover conciencias.
Un abrazo, Antonio.

Adolfo González dijo...

Querido Antonio:

No estoy completamente de acuerdo contigo. En mi opinión, te excedes mostrándonos el terror. Además, dudo mucho que un hijoputa de esos llegue a leer nuestros poemas. Y más dudo todavía que le remueva la conciencia. Sencillamente, en este mundo hay gente con sensibilidad y, aparte de ellos, monstruos, monstruos como esos. Sinceramente, a mí, ver esas imágenes en este blog, tantas fotografías de niñas sufriendo..., me da grima, asco, ganas de vomitar. Y me aleja de la poesía.

Un abrazo.