Paolo Troilo© - la sostanza delle idee
david
gonzález
sparrings
estoy en algún lugar en el
borde del marco.
adrienne rich.
un hombre afortunado
son las 09.00.
procuro no hacer
ruido al levantarme.
ángeles duerme.
voy al cuarto de
baño
y me lavo las
manos
y la cara. entro
en la cocina
y enciendo el
fogón eléctrico
para que vaya
calentando mientras
abro mi estuche
y saco el
medidor de glucosa
y le inserto una
tira reactiva
y saco el
pinchador
y le inserto una
lanceta.
pínchate en la
parte lateral de los dedos,
me aconsejó una
enfermera en el hospital,
así no perderás
sensibilidad en las yemas.
acerco la gota
de sangre
al extremo de la
tira reactiva.
al cabo de medio
minuto
aparece una
cifra
en la pantalla líquida
del medidor de
glucosa.
164.
o sea: 34 mg por
encima
del nivel normal
de azúcar en sangre,
que antes de las
comidas
no debería
sobrepasar los 130
ni descender por
debajo de 70.
a continuación,
cojo la pluma precargada
(y digo pluma
porque su aspecto y tamaño
son los de una
pluma estilográfica)
y le retiro el
capuchón
y la giro
suavemente
hacia delante y
hacia atrás
hacia arriba y
hacia abajo
10 veces,
hasta que la
insulina se mezcla uniformemente.
luego enrosco
una aguja en el extremo de la pluma,
selecciono las
unidades de insulina (12)
y me inyecto en
el brazo izquierdo, por debajo de la piel.
las 09.10.
ángeles todavía
duerme.
su cabeza dentro
del hueco
que ha dejado en
la almohada la mía.
vuelvo a la cocina
y me preparo el
desayuno:
12 gramos de
margarina,
60 de pan
integral
y 200 cc de
leche desnatada, sola,
con café, malta
o té. con café.
miro a través de
la ventana
mientras
desayuno en silencio:
una mujer sacude
una alfombra,
pasa el camión
del butano,
el perro de un
viejo marica
ataca ladrando a
un patriarca gitano,
el gitano
amenaza al perro con un bastón,
el perro
retrocede pero no deja de ladrar.
ángeles se da la
vuelta en la cama.
la miro.
cómo duerme.
cómo sueña.
y sé
que todo está
bien
que no tengo
ningún derecho a quejarme
que soy un
hombre afortunado
que no le puedo
pedir más a la vida
que es
suficiente
conque ella
esté
ahí.
sin que sirva de
precedente
son las seis de
la tarde
del mes de
agosto.
estoy echado en
la cama,
encima de la
cama, desnudo.
en una mano
tengo un porro,
en la otra un
cigarrillo.
estoy a gusto.
acabo de follar
con ángeles,
aunque ahora que
lo pienso
lo que realmente
hicimos fue
querernos.
por la ventana
abierta de par en par
entran los
tejados de mi calle,
el martillo
neumático de una zanja,
alguien que
arranca el coche,
niños.
tengo sueño,
mucho, mucho sueño,
y lo que es
mejor todavía:
por esta vez,
y sin que sirva
de precedente,
tengo ganas,
muchas, muchas ganas
de
soñar.
1 comentario:
Gracias, Maestro.
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