Mezcla: José de Togores
Miguel
Ángel Curiel
LUMINARIAS
Mezclar sal y azúcar. Mezclar tu silencio con el de la montaña. Lo
dulce-salado del lenguaje no es más que señal de desesperación. Señal de que no
se puede llegar muy lejos con él, y de que acaba cuando busca la belleza y la
verdad en la extravagancia. Ese mezclar sal y azúcar, y ya no poder hacer nada
por separarlas. Una vez lo hice cuando era joven. Mezclé la sal y el azúcar.
Había dos montones separados el uno del otro por apenas dos cuartas. No se
sabía cual era el de azúcar y cual el de sal. Sólo probándolos podíamos
saberlo. Pero no quise probar. Mezclé los blancos y el sabor era dulcesalado.
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