Hombre en
un café: Juan Gris
JULIO OBESO
Cuánta
tierra entre dos torres
incapaces
de tocarse
si no son
destruidas.
Ser tierra
para recibir
el
escombro de un esófago,
lo antes
alto
-sólo
medida-
anticipa
la tristeza
que no
quiero
y sigo
mirando
por encima
del hombro
al
horizonte.
Cada loco
tiene un tema
y los
banqueros, los jinetes,
los jefes
de estación.
Hasta la
locura tiene
-debajo de
su sombra-
banqueros,
jinetes, jefes de estación.
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