La ventana: Anónimo
OVEJAS
ESQUILADAS,
QUE
TEMBLABAN DE FRÍO
GSÚS BONILLA
APUNTE DEL SETENTA
nací
en el seno de un
establo
donde mi abuelo
era propietario
de una vaca de manchas negras
y su leche
mi alimento.
manchada se secó
y fuimos en busca
de nuevos horizontes.
y por mi padre sé
que
habitamos chabolas construidas a medias
en el estraperlo
de la noche
y otras veces,
las más
la morada hacía
equilibrios por el alambre
de un alquiler.
-y como ya apunté
en otros poemas-
en el camino
de la infancia
hasta mi adolescencia
hubo un océano de
zancadillas.
-posiblemente
este principio
no venga a
cuento-
y debía de haber
empezado
por el suelo:
en el que mi
madre
en cuclillas
me cantaba
el
jesusito de mi vida eres niño cómo yo
por eso te quiero tanto y te doy mi corazón
tuyo es
mío no
¡ tuyo es, mío no
¡
me cantaba
para curarme las
heridas
y consiguió
levantarme más
ampollas.
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