Acrílico sobre tabla: Antonio Martínez i
Ferrer
Miguel Ángel Curiel
Luminarias
La
leche sigue siendo el líquido más misterioso del universo. La leche
iluminadora, nutriente, blanca. Los bobos animales que la producen, herbívoros,
lentos, pesados, o las cabras, nerviosas, locas, alucinadas. La leche humana,
la blanca y amarga leche humana, como la lengua amarga de un poeta escindido
del mundo, de un poeta herido por la noche. La leche es inexplicable. Leche y
sangre.
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