sábado, enero 19, 2013

José Garés Crespo



 Adagio: Néstor Martín Fernández de la Torre


Material de derribo
José Garés Crespo

LAS BOLAS CHINAS DE MADAME BOVARY

«Hacíamos el amor como dos místicos
que se juntan para tocar sonatas».
Julio Cortázar

Como si imprescindible fuera la exaltación
del recogimiento, junto a la vuelta del arresto
y el magisterio de tu imagen, así tu gesto simuló
y ordenaba, hasta hundirnos en el concierto.
Los deseos ocultos de tus pechos, deseantes
y marginales, esparcieron tu mirada
sobre la inmensidad y los retoños.
Nada fue tan banal como tu efervescencia
y el repliegue de tus mejillas pegadas a mi pecho,
Buscabas y encontraste un niño cruel, limpio,
enamorado, y aún, saciado y desnudo, me pregunto
qué pájaros me llamaron, por qué tu guiño
fue tan generoso y mi testigo tan fugaz
como el parco patriarca de todas las pasiones
sin contornos, como el aliento del gesto
distendido sobre una cama inverosímil.
Y fue que, de tanto vivir la muerte, volvimos
al tumulto, a la cópula de la mentira y el amor.
Tú que adoraste a dios para dar vida al diablo,
incapaz de llegar, tu que trivializaste el camino,
¿cómo sabrás de mí con caricias ajenas?
O puede que buscabas al minotauro
tirando piedras contra el infierno.
Desde entonces, sobrevivo en tu recuerdo
y adiestro mi libertad y sus excesos.


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