jueves, diciembre 08, 2011

El cortadillo

In the street: George Pierre Seurat


ANTONIO ORIHUELA

PIEDRA, CORAZÓN DEL MUNDO

(Antología personal 1995-2000)

Los días

se parecen

unos a otros

como dos gotas

de ginebra

de garrafa

Karmelo C. IRIBARREN

Miro el reloj

y pienso que por hoy

ya está bien de perder los ojos delante del bicho,

por nada.


Apago el ordenador

y me desayuno,

a las cuatro de la mañana,

un cortadillo que me han regalado en un bar,

la noche antes,

cuando le dije al camarero que tenía hambre

y me lo largó gratis

diciéndome que eso era lo que había.


Observo el cuarto día de lluvia sobre el patio

y llega mi perro por si cae algo

y cae la mitad del cortadillo,

y mientras se lo come

pienso en la suerte que tiene este mamón

que en cuanto termine la jala

se beberá un cubo de agua

y volverá a la cama,

como si la peli de la vida no fuera con él.


Me acerco y le digo al oído

que si cambiamos los papeles,

y levanta la cabeza de su colchón

y me mira con los ojos que se le ponen a uno

cuando se está muriendo de gusto,

y se me queda diciendo

-Chaval, pero tú, ¿de qué vas?


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