La espera: Juan Genovés Candel
ana pérez cañamares
alfabeto de cicatrices
Golpe tras golpe,
digo lo que duele
Ángela
Figuera Aymerich
SEGURIDAD SOCIAL
Frente
a las charlas siniestras
de
las salas de espera siempre
levanto
un libro como una muralla.
Pero
hoy de repente el olor del acero
la
intuición de lo frío y punzante.
La
certeza de lo inútil en perseguir
la
enfermedad, que conoce todos
los
recovecos donde esconderse.
La
anciana a mi lado ha roto a llorar.
“No llore,
mujer”, le digo,”¿qué le pasa?”
“Nada”,
contesta ella, encogiéndose.
Y se
queda sin saber cuánto le agradezco
que
calle y no me cuente nada.
Porque
no llevo kleenex en el bolso
y
estoy tan cansada que la enfermedad
me
parece una tregua deseable.
Así morimos, así nos matan.
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