El
campo labrado: Joan
Miró
Laura Giordani
Materia Oscura
Aquella noche las señoras y señores se perfumaban
con ardor
por el niño que decía la verdad,
por el niño que era puro,
por el que era tierno,
por el bueno, en fin,
por todos los niños muertos que cargaban en las
valijas
del alma
y empezaron a heder súbitamente
mientras la gran ciudad cerraba sus ventanas.
Juan Gelman
Hilera de hormigas transportando restos
de alguna cigarra
la curda nocturna del jazmín
lastimaduras en las rodillas
las nubes tajeadas por el viento sur
haciendo parpadear los charcos
lana recién ovillada
el mate cocido
correr hasta quedar sin aire o dar
vueltas
hasta caer borracha de la propia sangre
esa estirpe de viejas que temían a las
tormentas y
los milicos
el hocico frío de los perros
el peligro que cercaba todo
la primera sangre bajando
por las piernas la vergüenza
el delantal sin almidonar la dicha
la bici sin freno
los chichones
la creciente del río
los bichitos de luz las luces
malas el miedo la miga de pan
la partida
la vuelta a un mundo que nos reconoce
y las manos todavía
golpeando las puertas de esa
inexistente
insuturable patria
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