Zorik Istomin©
Antonio Crespo Massieu
Orilla del tiempo
“Allí residirá tu corazón como un huésped ausente”
Juan Carlos Mestre
Recoge tu
amor huésped de las sombras
como el
horizonte acuna la nostalgia.
Y recuerda
siempre el origen del viaje
las blancas
velas tendidas al amanecer
y el
asombro infinito del grumete.
Fiel al
origen nunca pierdas
la primera
mañana del mundo.
Recoge tu
amor y no lo avergüences
con la
traición del olvido. La luz
del regreso
guíe siempre tus pasos.
Y vencido
por los años no olvides
nunca los
ojos encendidos del primer
asombro al
izar las cansadas velas.
Hagas lo
que hagas ámalo con pasión
con la
terca fidelidad del asombro repetido
y así nunca
te será arrebatado.
Ama tu
infancia
perdida
fábula de fuentes
y las cosas
los objetos,
donde
dejaste tu huella
Ama tu
tierra el paisaje heredado.
Ama todo lo
que fuiste
lo que un
día amaste
cada
minúscula partícula de tu historia
y no
olvides jamás.
Pues en el
olvido yace la muerte
y por amar
la vida vives el sueño
de lo ya
vivido o apenas soñado.
Ama con
pasión cada minuto de tu vida
el milagro
repetido del instante
con los
ojos inmensos del primer asombro
Tal como
amaste cuando eras niño
grumete de
navegaciones imposibles.
Pues no es
nostalgia sino amor
lo que te
empuja frágil presente
eterno ya :
perenne fábula de fuentes.
Recoge con
la mirada y el pensamiento
los objetos
y déjalos descansar
ocupando su
sitio exacto en la memoria
para
siempre dispuestos compartidos
hermosamente
inútiles rescatados
del
desastre del olvido.
Déjalos
descansar en la alacena
del tiempo
vivido en el viejo aparador
de las
horas familiares.
Y no
olvides ni un sólo rostro
ni un
cántaro de barro fresco
ni un gesto
irrepetible de cariño
ni un
absurdo cachivache de cristal
de bronce o
porcelana.
No olvides
el amanecer en el campo
ni las
noches de verbena en la gran ciudad
nunca
olvides el milagro de la música
o la ropa
recién planchada bendecida
ritualmente
plegada en risas compartidas.
Rescata la
serena quietud del comedor
al caer la
tarde y la caricia necesaria
las risas
jubilosas y la hiriente melancolía
que nos
abrazaba en el silencio
y nos
confundía con la desnuda belleza
que
queríamos nuestra para siempre.
Recoge tu
amor huésped de las sombras
nunca
traiciones la primera mañana del mundo
pues todo
lo que tanto has amado
lo que
quisiste con la arrebatada pasión
de los
sueños intactos ya nunca
te será
arrebatado.
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