Horta de Ebro la fábrica: Pablo Ruiz Picasso
PIEDRA, CORAZÓN DEL MUNDO
(Antología personal 1995-2000)
ANTONIO ORIHUELA
Mi madre me estaba dando el pecho
cuando mi padre consiguió un trabajo
del que no se movió en treinta años.
Imaginó que, a cambio de su fidelidad,
la empresa le gratificaría, cerca de su jubilación,
con un reloj de oro, una placa, o un viaje a Torremolinos,
pero no, le dieron una patada en el culo
y a base de cambiarse el nombre,
resultó que, después de treinta años,
mi padre no había trabajado allí ni treinta días.
Cada mañana, para el control de parados,
nos presentamos juntos en el INEM,
primero lo nombran a él
y después me nombran a mí.
Hay gente que se siente satisfecha viendo a sus hijos imitarles,
me pregunto qué opinará él de todo esto.
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