Ana Pérez Cañamares
LA VERDAD DE LA MAGIA
En las manos de quienes me quieren
las opiniones son puñales
que se convierten en flores.
De ellos aprendo la generosa
naturaleza de los magos.
Lo que no acepto son las palabras
de los que sin piedad critican;
bajo sus chisteras se ocultan jueces
que blanden sus martillos y su ceguera.
Cuando maté a Dios perdí todos sus trucos:
con él se fueron la eternidad y el paraíso.
Pero desde entonces no acepto de nadie
omnipotencia ni trono ni dedo acusador.
LA VERDAD DE LA MAGIA
En las manos de quienes me quieren
las opiniones son puñales
que se convierten en flores.
De ellos aprendo la generosa
naturaleza de los magos.
Lo que no acepto son las palabras
de los que sin piedad critican;
bajo sus chisteras se ocultan jueces
que blanden sus martillos y su ceguera.
Cuando maté a Dios perdí todos sus trucos:
con él se fueron la eternidad y el paraíso.
Pero desde entonces no acepto de nadie
omnipotencia ni trono ni dedo acusador.
4 comentarios:
Guauuuuuuuuuu !fuertísimo, Ana!!
Lindo leerte!!
Besossssss
Olé....Ni yo.
Puñal directo al corazón de los dioses de barro.
Un abrazo
Matar a Dios, sin duda, es algo de magos con jueces y martillos bajo la chistera.
Con amor,
El Demonio del Bien.
Muchísimas gracias a los tres. Un fuerte abrazo
ana
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