martes, febrero 18, 2014

Antonio Crespo Massieu



Mujer jugando con perro: Pablo Ruiz Picasso


Antonio Crespo Massieu

Orilla del tiempo


POEMA PERRO PARA EMMANUEL LEVINAS

En milimétrico ejercicio
o  precisa ciencia meticulosa
nos habían despojado
desgajado y perdido cada día
más hondo más al hueso
mondos ya de humanidad restos
sin rescoldo apenas de aquello
que un tiempo fuimos y ya era
hueco vacío ni tan siquiera memoria.


El campo las alambradas los gritos
muertes la rutina caminar fiebre
los muertos seguir el sopor sin descanso
trabajo rutina la mierda el hambre
las letrinas los muertos las órdenes el frío.


Todo era vacío
hueco del tiempo inmóvil
duración de huesos sin dignidad 
ausencia de mí y de nosotros
sólo durar sin mirada ni palabra
oración o blasfemia. La nada
hecha fatiga sudor temblor
sin nombre ni voz.


Mas aquella mañana incierta
del infinito invierno de bruma y frío
caminábamos al trabajo por la vereda
que circunda el campo y fue entonces.
Entonces le vimos como aparición
tras el desmonte los ojos fijos
orejas erguidas cabeza ladeada
jadeante con la lengua fuera
famélico el rabo tieso todo costillas
aún más delgado que el más delgado de nosotros.
Y nos mira con ojos fijos extáticos
(a nosotros nos mira que nada éramos
que éramos la nada o nada más
que carne kosher de campo
destinada a ser sólo nada)
Y avanza temeroso y nos huele
y mueve el rabo y humanos nos reconoce
y nos reclama como amos.
Espera protección
amparo y cariño
(y parece tan perdido)


Así
cada día acompañándonos al trabajo
corriendo alegre junto a nosotros
alimentado de las sobras miserables
de nuestras miserables sobras
nos dio nombre y dignidad
palabra y un rostro
en el que mirar y ver
no vacío sino los ojos
perdidos del ser humano.


Así
un perro sólo un perro
famélico escuálido sarnoso
(al menos tan sarnoso
como el más escuálido de nosotros)
anuló
para siempre
la meticulosa ciencia
del verdugo. 

  

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