Los hombres en la ciudad
Fernand Léger
PORQUE LA VIDA ES UN PISO
(a Jorge de Xirivella)
¡Porque la vida es un piso tío!
le decía un amigo a mi hijo
con la rotundidad que habitualmente
concede la sencillez.
la vida es un piso
al que habrá que ponerle
aire acondicionado
para que no se nos llene
el niño de sarpullidos
y podamos despanzurrarnos
sin pensar
ante el televisor.
para muchos de nosotros
la vida es un préstamo hipotecario
para comprar ese piso
y el seguro de ese piso...
o un préstamo personal
que invertiremos
en pagar el coche
y el seguro de ese coche...
en la mayoría de los casos
la vida queda reducida
a la venta humillantemente necesaria
de nuestro tiempo
con la intención de
hacer frente
a esos préstamos
a esos seguros...
y vamos muriendo a plazos
mientras cualquier entidad bancaria
le dicta el ritmo a nuestros instantes de ocio
programando nuestros deseos
en función de los préstamos
que nos concedieron
la vida es un piso para el obrero
y lo seguirá siendo
mientras para vivirla
continuemos necesitando
darle al mando del televisor
desde el sofá
y olvidemos que en España
constructores
políticos
financieros
y notarios
son quienes disfrutan de nuestros pisos
o lo que es lo mismo
de nuestras vidas.
Vicent Camps.
¡Porque la vida es un piso tío!
le decía un amigo a mi hijo
con la rotundidad que habitualmente
concede la sencillez.
la vida es un piso
al que habrá que ponerle
aire acondicionado
para que no se nos llene
el niño de sarpullidos
y podamos despanzurrarnos
sin pensar
ante el televisor.
para muchos de nosotros
la vida es un préstamo hipotecario
para comprar ese piso
y el seguro de ese piso...
o un préstamo personal
que invertiremos
en pagar el coche
y el seguro de ese coche...
en la mayoría de los casos
la vida queda reducida
a la venta humillantemente necesaria
de nuestro tiempo
con la intención de
hacer frente
a esos préstamos
a esos seguros...
y vamos muriendo a plazos
mientras cualquier entidad bancaria
le dicta el ritmo a nuestros instantes de ocio
programando nuestros deseos
en función de los préstamos
que nos concedieron
la vida es un piso para el obrero
y lo seguirá siendo
mientras para vivirla
continuemos necesitando
darle al mando del televisor
desde el sofá
y olvidemos que en España
constructores
políticos
financieros
y notarios
son quienes disfrutan de nuestros pisos
o lo que es lo mismo
de nuestras vidas.
Vicent Camps.
Pena capital.
Editorial Baile del Sol.
1 comentario:
suscribo, aplaudo, escucho cómo deviene este poema en resistencia y lucidez
Un abrazo
Viktor
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