Óleo, 177 x 166
Éxodo. Aurelio Arteta
El Sinaia era el nombre del barco que embarcó a cerca de dos mil republicanos huyendo del fascismo en 1939 y los llevó a México.
Éxodo. Aurelio Arteta
El Sinaia era el nombre del barco que embarcó a cerca de dos mil republicanos huyendo del fascismo en 1939 y los llevó a México.
Hace poco se cumplió el aniversario y en México los que quedaban vivos y sus hijos celebraron una fiesta con el apoyo de toda la intelectualidad de este país hermano.
José Garés Crespo
José Garés Crespo
“Porque no es lo que importa llegar solo ni pronto
sino llegar con todos y a tiempo”
Leon Felipe
sino llegar con todos y a tiempo”
Leon Felipe
La envidia de la muerte os va tragando
y devora mis recuerdos.
Es como si me despertase trenzado
y a caballo del cansancio,
las miradas tránsfugas y la vigilancia
del beso que duerme, de la caricia
que reiteradamente muere dormida, insensible.
Tanta mar por medio,
dueños de las tres dimensiones
os dejaron desnudos frente al odio de la vida,
del llanto y las candilejas, abriendo el debate
en los extremos de la nada y el infinito.
¿Cómo separar lo que hicisteis de lo que sentíais,
tan libres fuisteis?.
Qué titánicos quedan hoy vuestros hechos
y mis palabras qué pobres, pero aún sois
el contrafuerte de nuestra vida,
el aderezo imprescindible,
y vuestro destierro nos deja
como una caricia que golpea y nos invita,
nos devuelve a los orígenes,
a la obscenidad del sufrimiento,
al dolor de la brasa, sangre cuajada,
oscuro fermento de nueva vida frente
al ferviente vampirismo
del leviatán enajenado, mutilado.
Todavía sois la supervivencia del mito
y amanecéis en cada parto.
y devora mis recuerdos.
Es como si me despertase trenzado
y a caballo del cansancio,
las miradas tránsfugas y la vigilancia
del beso que duerme, de la caricia
que reiteradamente muere dormida, insensible.
Tanta mar por medio,
dueños de las tres dimensiones
os dejaron desnudos frente al odio de la vida,
del llanto y las candilejas, abriendo el debate
en los extremos de la nada y el infinito.
¿Cómo separar lo que hicisteis de lo que sentíais,
tan libres fuisteis?.
Qué titánicos quedan hoy vuestros hechos
y mis palabras qué pobres, pero aún sois
el contrafuerte de nuestra vida,
el aderezo imprescindible,
y vuestro destierro nos deja
como una caricia que golpea y nos invita,
nos devuelve a los orígenes,
a la obscenidad del sufrimiento,
al dolor de la brasa, sangre cuajada,
oscuro fermento de nueva vida frente
al ferviente vampirismo
del leviatán enajenado, mutilado.
Todavía sois la supervivencia del mito
y amanecéis en cada parto.
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