El gran juego, Giorgio de Chirico.
Oleo sobre lienzo.
Arturo Borra.
Nuestros días
I-
Mundo de malezas
sin estío.
Usura de oscuros recintos que dejan
a la sombra la promesa de otro suelo.
Sin el aguijón del horizonte
sólo hay la miopía del arrebato.
Mundo único: tiembla de dolor, explota
lo sumergido, el deseo
en una deriva bifronte.
Unos hacedores crean hendiduras
en el asedio de otros espectros.
II-
Estas escrituras desleídas
son tramas del rumor, constelación
nocturna que guía al subsuelo.
En la penumbra brilla un cuchillo:
la noche ensaya una epifanía
gestando otro sol para los pasos.
Nuestros días
I-
Mundo de malezas
sin estío.
Usura de oscuros recintos que dejan
a la sombra la promesa de otro suelo.
Sin el aguijón del horizonte
sólo hay la miopía del arrebato.
Mundo único: tiembla de dolor, explota
lo sumergido, el deseo
en una deriva bifronte.
Unos hacedores crean hendiduras
en el asedio de otros espectros.
II-
Estas escrituras desleídas
son tramas del rumor, constelación
nocturna que guía al subsuelo.
En la penumbra brilla un cuchillo:
la noche ensaya una epifanía
gestando otro sol para los pasos.
3 comentarios:
Querido Antonio: gracias por prestar la voz y la mirada a otros sin descanso en tu espacio.
Un abrazo fuerte.
Laura.
Querido Antonio, gracias por alojar estos versos en tu casita. A pesar de tanta maledicencia reinante, nuestra amistad es inseparable de la experiencia poética. Por eso a veces cuesta comprender por qué nuestras amistades coinciden -al menos hasta cierto punto- con nuestras afinidades poéticas.
En cualquier caso, va un fuerte abrazo,
Arturo
Gracias Laura y Arturo por vuestras palabras. Por mi parte estaré en los espacios del encuentro.
Saludos solidarios.
Antonio.
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