Mujer en un árbol: Paul Klee
Material
de derribo
José
Garés Crespo
PERO
MCLUHAN NO LEYÓ A PELLEGRINI
«No esperéis el
tejado que incluye la casa,
yo abro la
noche en la construcción futura,
que es como
decir que ahora, apenas, empieza el trabajo»
Francesc
Parcerisas
Nunca sabremos
si fue el amor o la palabra que lo nombra,
pero
contemplamos la travesía como un amor provisional.
Tú desde el
recuerdo, yo desde la esperanza. Como siempre,
fui un aborigen
de la pena y el hambre. Fue tu blusa,
niebla sin piel,
como el día corto, enojado y deseante,
como la propia
noche leve del asombrado moribundo gris,
la que se
acomodó a tus pechos y desató un requiebro,
eludiendo tu
sonrisa, y la libertad en precario de la estancia
donde vinieron a
reposar nuestras prófugas identidades.
Algo sucedió,
desmedido y tosco, la tarde que rozó tu verbo
la serenidad del
último beso, la luz que la sal refleja.
Establecimos
contornos, distancias, y quedamos frente a frente;
las pasiones obscenas
viajaron como agua a la deriva,
temerosas,
rebeldes, acopiando aprecios, referentes veladas,
y tu adiós fue
tan plano que no volvió, segó el horizonte.
O puede que, de
nuevo prójimo, solo fui un atavío invernal.
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