Verano: Edward Hopper
La alambrada de mi boca
Ana Pérez Cañamares
Hija, si en algún momento,
mientras estás ocupada en crecer
-dura y lícita tarea-
puedes mirarme a los ojos
hazlo.
No te dejes las preguntas
para cuando sea la misma voz
la que cuestione y la que responda.
Mira que en esta familia
tenemos la dolorosa costumbre
de conocernos mejor de muertos.
La alambrada de mi boca
Ana Pérez Cañamares
Hija, si en algún momento,
mientras estás ocupada en crecer
-dura y lícita tarea-
puedes mirarme a los ojos
hazlo.
No te dejes las preguntas
para cuando sea la misma voz
la que cuestione y la que responda.
Mira que en esta familia
tenemos la dolorosa costumbre
de conocernos mejor de muertos.
3 comentarios:
Fuertísimo poema y no por eso, menos real. Sucede.
Besos, Anaaaaaaaa!
Muchas gracias, Antonio y Mónica.
Muchas gracias a Antonio y a Mónica.
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