La huida
se ha quedado sin camino,
los pies sin pasos.
El árbol
se ha vestido de soldado
y esconde su sombra.
La brisa
herida en las alas
no acierta a predecir
nuevos límites.
La joven temblaba
en la noche de los vacíos.
En los ojos de la vieja
rondaban
los carceleros de la luz.
Las palabras
no encontraron sendas
entre los ojos de la vieja
y los sueños de la joven.
Qué fría es la soledad
se ha quedado sin camino,
los pies sin pasos.
El árbol
se ha vestido de soldado
y esconde su sombra.
La brisa
herida en las alas
no acierta a predecir
nuevos límites.
La joven temblaba
en la noche de los vacíos.
En los ojos de la vieja
rondaban
los carceleros de la luz.
Las palabras
no encontraron sendas
entre los ojos de la vieja
y los sueños de la joven.
Qué fría es la soledad
del exilio.
Antonio Martínez i Ferrer.
Del libro Angustia.
Antonio Martínez i Ferrer.
Del libro Angustia.
2 comentarios:
Precioso el poema, Antonio, Toca fondo. Afortunadamente, tú y algunos otros, a pesar del aislamiento que con el exilio trataron de sentenciar, teniais presente aquel verso del amigo V.Andrés Estellés: QUI PERD ELS ORIGENS PERD LA IDENTITAT,y superasteis la trampa.
Un abrazo
Mi querido amigo, así es como bien dices, tiempos que no deben ser olvidados. El drama del exilio y la persecución política continúan presentes en la mayor parte del mundo con dramáticas consecuencias para quienes las sufren.
Antonio.
Publicar un comentario