miércoles, agosto 03, 2011

Sería buena la utopía: Alejandro Mesonero


David Franco Monthiel


RAMALAH


Para que no se borre, atrapa el gesto

en el sosiego de los helicópteros.


Las manos fueron un rostro vencido.


Para que sigan siendo los tejados

objetivos de estrago son de sangre.


Como es peste el olor de los naranjos,

epidemia en el cerco de fuego,

la raíz del olivo es una mano

que se retuerce en hambre de ser puño

renaciendo de los mismos escombros.


Para que el obús sólo sea una estrella

en las interminables noches

-y desactive su don de semilla de saña

en los surcos y tumbas de mártires-

será su estela de negra luz

sombrío esperma en las entrañas sitiadas.


Para que el cuervo de la anunciación

se revele en los ojos que vigilan,

la novicia shahida será desposada

por el no que gritará sí en un cuerpo

desvencijado ya por el negro parto.


Para que esta noche cercada

sea encinta de presagios,

cuerpo y territorio de resistencia,

el milagro amargo preña de ira

las caderas de Wafa Idris .


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