domingo, agosto 31, 2014

RICARDO MORENO MIRA



©Pawel Kuczynski


RICARDO MORENO MIRA

ABRXIA 365


LAS NUBES EMPAVESAN EL CIELO ORIFLAMADO

las nubes empavesan el cielo oriflamado:
nódulos excoriaciones secas osamentan mi cráneo
azules raíces –corona de espinas– encasquetan
mi peluda cabeza
oh lirios –coños espléndidos– pulpa o semen…
estoy negro de amor
oh pura Ira…
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MEMNON

un perro ladra dentro de mi alma
desde los vórtices químicos de carne
cien negras cúpulas ombliguean (torreadas y multiplicadas)
sobre el punto en que Himmler comía carnosas fresas
ahora yo desde el poste eléctrico de mi médula
esparzo crujiente electricidad
un ángel chupa mi polla
mientras entono los salmos de la destrucción



sábado, agosto 30, 2014

antonio martínez i ferrer



horizontes


antonio martínez i ferrer

huella 75

y después de
nacer
amar
escribir
soñar

cuando el volcán de la vida
enfurecido
crea con sus cenizas
un paisaje desconocido

es tiempo de
volver a amar
volver a escribir
volver a soñar
y
reinventar el horizonte
para
el amor
las palabras
y
los nuevos sueños…
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empremta 75

i després de
nàixer
estimar
escriure
somiar

quan el volcà de la vida
enfurit
crea amb les seues cendres
un paisatge desconegut

és temps de
tornar a estimar
tornar a escriure
tornar a somiar
i
reinventar l’horitzó
para
l’amor
les paraules
i
els nous somnis…


viernes, agosto 29, 2014

Miguel Ángel Curiel



 Gyuri Lohmuller


Miguel Ángel Curiel

LUMINARIAS

Se ondulan las emociones como las montañas que descienden. Un paisaje para vaciarse. Sin embargo los ojos se llenan, y el corazón es una especie de lumbre de llamas muy débiles y brasas intensas. Se quemó en ellas algún papel, el palo de un caminante que había recorrido largos caminos ayudándose con él. Ese paisaje no guarda formas extremas, no es duro. Es un amplio espacio de suavidad. El hombre que es tragado por él, y ya no quería seguir más, no se ausenta del mundo tanto como el que camina por los hielos o las ardientes arenas. Tampoco es provocado para lanzarse a los límites de él mismo. Un hombre tragado por ese paisaje es devuelto a la primavera. Un paisaje para enjuagar el dolor. Los ojos son demasiado pequeños, y la mirada demasiado larga y perdida, se expande demasiado. Demasiadas veces se rompen para vaciarse. Cuando se cierran están iluminados de miedo. Hay algo que no pueden explorar y de eso hablan. Lo que se ve en ellos. El fuego en el agua, algo que flota y no se apaga. Las ovejas ahogadas en su leche, bebieron su luto, se vieron reflejadas. Se ve en ellos todo lo que el hombre no puede decirse. Ojos que se niegan a mirar por un agujero el mundo, o una cerradura. Tal vez ese paisaje, pues el blanco es denso y profundo, mientras el negro solo una tela, un plano para escapar de la luz. Se entra en el, lo lejano es para la mirada lo que el amor es para la boca. Palabras derrotadas de antemano. Bellas palabras abrasadas en la boca, y el silencio germina solo en los ojos. No puedes sacar fuera lo que hay en ellos, entregárselo de nuevo al mundo. Los gritos se oyen solo en las estrellas más lejanas, no podemos escapar por escaleras hacia ellos. ¿Cuánto tiempo estaría subiendo el hombre para volver a traer las palabras verdaderas al mundo? Esas ondulaciones verdes, peinadas por los aires azules, y bosques en lo hondo, pues aquí era al revés, las alturas suaves debían estar despejadas y los pliegues y los sotos dedicados al bosque, a las aguas buscadoras de ciudades, aguas cuyo destino era contaminarse, pues son las limpiadoras. Las aguas se sacrifican. Se veía mucho para unos ojos tan pequeños.


jueves, agosto 28, 2014

Ivo Maldonado



Hojas: Rafael López Blázquez


Ivo Maldonado

Cuando los árboles
se olvidan del otoño


Cristo se bajó/ de su árbol desnudo/ este año/ y huyó a donde
no hubieran árboles de navidad arrancados
Lawrence Ferlinghetti

Una sola hoja
frente a mí
y todo
el paisaje
desaparece
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El arte de ser una persona civilizada
es el arte de aprender a leer entre las mentiras
Kenneth Rexroth

Todas las mañanas alguien muerde
un pan tostado mirando el despertador
Todas las mañanas mientras me ducho
y el agua derriba mis pocas alegrías
escucho desesperadamente
la canción de un árbol que no recuerdo
Hojas/ plumas/ tiempo
Estoy chocando contra el cielo